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La profesión de madre de día permite la conciliación y ha salvado a muchas mujeres de tener que renunciar al cuidado de sus bebés
Como madre de día puedes cuidar a tu bebé sin renunciar a tu independencia económica
Hoy quiero hablaros desde el corazón de la profesión que me ha cambiado la vida: la de madre de día. Y lo hago a punto de comenzar el nuevo curso escolar. A tan solo unas horas de volver a abrir las puertas de mi hogar, La Casita de Pez Austral, al cuidado de tres peques a los que deseo volver a arropar con mis brazos y afecto en esta dichosa nueva normalidad. Y lo voy a seguir haciendo como lo hacía antes de marzo, en un ambiente cálido, de paz y armonía, el que me permite el lugar donde más cómoda estoy del mundo: mi casa. Por supuesto extremando el cuidado y la higiene en esta nueva situación, algo posible con mi ratio tan bajita.
Me encanta mi profesión. Lo digo alto y claro. Porque considero que soy la persona más afortunada del mundo de poder ejercer como madre de día y poder hacerlo en mi propio hogar. Y sí, ojalá hubiese llegado mucho antes a mi vida, cuando tuve que enfrentarme por primera vez a la dolorosa separación de mis hijas, demasiado recién nacidas, para reincorporarme a mi puesto de trabajo en la redacción de un periódico. ¿No te lo he contado? Yo también decidí reinventarme laboralmente por ellas, comenzando en mi madurez a estudiar el Grado de Educación Infantil para cumplir el sueño que ha cambiado mi forma de estar en el mundo.
Somos mamíferos, necesitamos a nuestra madre
Los seres humanos somos mamíferos por naturaleza. Desde que nacemos necesitamos ese contacto con nuestra madre, ese vínculo afectivo que nos proporciona la seguridad de sentirnos arropados en un mundo inmenso. Es una necesidad fisiológica. Pero el ritmo que nos impone esta sociedad, hace (casi siempre) imposible cubrir esa necesidad. Y desafortunadamente, en la mayoría de ocasiones, nuestros bebés son separados del seno materno a los pocos meses de nacer. Ni haciendo malabares, las bajas de maternidad llegan a cubrir cinco meses y muchas madres se ven obligadas incluso a no poder continuar con la lactancia materna, como desearían, más allá de unas cuantas semanas.
Afortunadamente, la profesión de madre de día ha salvado a muchas mujeres de tener que separarse de su bebé durante los tres primeros años de vida. Un periodo puramente emocional en el que el niño y la madre forman un tándem indisoluble e indispensable para el sano desarrollo evolutivo y emocional de ambos. Porque ésta es una etapa crucial en la vida de un niño/a. Nada menos que sobre la que se construirá la base sólida en la que se asentará su futuro como persona.
Yo no pude conciliar como hubiera deseado. Cuando descubrí la profesión de madre de día ya era tarde para mis pequeñas. Yo sí sufrí esa dolorosa separación y, aunque es cierto que pude contar con la ayuda de abuelos y tías para no tener que dejarlas en un entorno frío, siempre me quedaré con la espinita de no haber sido yo misma la que cuidara de ellas, como me pedía mi instinto maternal. La que saboreara el instante de sus primeros pasitos, de sus sonrisas agradecidas en cualquier momento del día. No puedo evitar emocionarme al pensar en la cantidad de veces que me fui llorando en silencio a mi lugar de trabajo, donde me esperaba siempre el mismo día gris, en el que solo contaba las horas para volver a abrazar a mis chiquitinas.
En España tenemos que elegir entre nuestro bebé y nuestra economía
Porque así sucede en España por la falta de conciliación laboral. Porque tenemos que elegir entre nuestro bebé y nuestra independencia económica. Y es profundamente injusto y doloroso. Pero repito, la profesión de madre de día ha salvado a muchas mujeres de tener que elegir. Y muchas compañeras incluyen en sus iniciativas a sus propios bebés, a la vez que abren su hogar a otros dos o tres peques para poder sostener el proyecto y su estabilidad económica.
Pero no cualquiera tiene la suerte de poder ejercer. La de madre de día es una profesión maravillosa para la que hay que estar formada. Porque nuestra atención va mucho más allá del mero cuidado del bebé.
Ofrecemos un proyecto pedagógico completo, una atención asentada en el profundo conocimiento de pedagogías respetuosas que hace que nuestras iniciativas estén siendo actualmente muy demandadas por las familias. Y para ello hay que contar con una titulación del ámbito educativo y cumplir muchos requisitos exigidos para garantizar del servicio que ofrecemos.
Pero si estás leyendo esto, quiero darte esperanzas de que es posible formarte como madre de día y alcanzar esa ansiada conciliación para que no debas renunciar a tu bebé. Yo no llegué a tiempo para mis hijas, pero sí para otros bebés a los que cada día me entrego profundamente. Tú aún puedes hacerlo incluyendo a tu hijo/a en el proyecto. Y formar parte de este colectivo, créeme, es lo que mejor que me ha pasado en la vida.
Porque, ¿sabes? Para mí esto también es una segunda oportunidad que me ha dado la vida. Y aunque mis niñas ya no son bebés, sí puedo permitirme dedicarles tiempo. Llevarlas al colegio por las mañanas y recogerlas a la salida. Y disfrutarlas sin prisas, sin ansiedad y sin estrés. Por tanto, ¿conciliar? Sí, es posible. Siendo madre de día.
Aquí puedes informarte sobre mi curso online para formar parte de esta maravillosa profesión.
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Nadia
Posted at 23:33h, 10 septiembreMe gustaría ser madre de dia
Arancha Cuéllar
Posted at 06:45h, 11 septiembreHola Nadia! Para ser madre de día, lo primero es tener una de estas cuatro titulaciones: Magisterio, Técnica Superior Educación Infantil, Psicología o Pedagogía. A partir de ahí, el curso que yo estoy ofreciendo, que puedes hacer 100 por 100 online, te dará las herramientas necesarias para abrir tu propio nido. Si quieres, antes de lanzarte, tengo también en mi web 4 vídeos gratuitos en los que doy algunas claves de esta profesión. Y a partir de ahí, eliges si continuar con la formación. Es muy práctica, ya que se trata de mi propia experiencia como madre de día en activo en Madrid. Un abrazo.