
Las madres de dÃa somos cada vez más conocidas y demandadas por la sociedad. Y somos conscientes de que atraemos a diferentes tipos de familias. Basada en mi experiencia, yo las clasificarÃa en cuatro grandes tipos de familias.
Déjame que te cuente, ¿vale?
Y si eres madre de dÃa y estás de acuerdo conmigo… ¡me encantará que me dejes un comentario!
En este post encontrarás
1. Familias «convencidas»
Las hay que conocen bien nuestra figura y, a su entender, somos la tercera opción mejor para sus niños/as después de ellas mismas y los abuelos/as, por supuesto. Se han informado sobre nosotras y saben que además de la atención personalizada por nuestra baja ratio, ofrecemos un proyecto educativo integral a la infancia y además aplicamos conocimientos de pedagogÃas respetuosas en nuestra forma de hacer dÃa a dÃa.
Son las familias que confÃan en nosotras y en nuestra forma de transmitir a la infancia. Muchas veces vienen de otra ciudad o barrio donde ya han estado con otra madre de dÃa. Saben que el niño/a se va a manchar, va a salir cuando llueva y se va a mojar, va a hacerse un chichón de vez en cuando y no va a pasar nada.
Son además familias empáticas que entenderán si algún dÃa nos ponemos enfermas o tenemos una cita médica. Nos dan confianza y saben que somos «un regalo» para sus hijos/as, por lo que van a estar felices de habernos elegido y nosotras con haberlas acogido a ellas en nuestro seno.
Son familias con las que creamos un vÃnculo especial y, en ocasiones, nuestra relación desemboca en una bonita amistad duradera.
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2. Familias «de última hora»
Son familias que han apostado por otro tipo de atención para su hijo/a, pero que se han arrepentido por el motivo que sea. Unas quizás se han dado cuenta de que el periodo de adaptación no ha sido suficiente. Otras no se quedan tranquilas dejándoles con tantos niños, quizás por el riesgo de virus. Y otras porque simplemente se han dado cuenta de que pueden conseguir una atención más individualizada con el ritmo de su hijo/a, sin tampoco desembolsar mucho más de lo que lo harÃan en un centro privado.
Justo en septiembre hay un pico de demanda de este tipo de familias que busca desesperadamente una plaza en una madre de dÃa de última hora; a veces tienen suerte y encuentran una por la zona, pero otras tienen que esperar pacientes en una lista de espera por si se produjera una baja.
3. Familias que provienen del «boca a boca»
Han escuchado por amigos o vecinos hablar de nuestra opción y consideran que somos las «cuidadoras» ideales, ya que estamos «formadas» y trabajamos en un entorno hogareño, una especie de «guarderÃa en casa». A veces tenemos que ponerles lÃmites porque piensan que, al ser la cosa más personalizada, la flexibilidad en todos los sentidos va a ser total y no siempre puede ser asÃ.
Son familias a la que hay que dejar bien claro desde el principio que no somos cuidadoras al uso, sino que somos educadoras tituladas, y que trabajamos bajo unos criterios, un proyecto y un horario que han de respetarse. Familias que al principio se muestran temerosas y tienen muchas dudas por todos los peligros que suelen ver. Preguntan sobre cómo vamos a desplazarnos, qué pasa si un pequeño se escapa, cómo actuamos ante un atragantamiento…
Digamos que tenemos que convencerlas con nuestro buen hacer en el dÃa a dÃa, pero si logramos conectarlas, acaban adorando nuestra opción y contribuyendo al boca a boca entre sus allegados. Por supuesto, acaban perteneciendo al primer grupo de familias «convencidas».
4. Familias «imprevisibles»
Son familias que cogen tu plaza con muchÃsima antelación por si acaso (a veces un año antes), pero no te cuentan que, a la vez, han sido previsoras y han cogido plaza en otros tantos sitios más y además han llamado a una cuidadora y se aseguran de que cuando llegue septiembre sà o sà tendrán un sitio en el que dejar a su hijo/a.
Son familias que si les dan la plaza donde más les conviene te dicen en el último momento que les ha surgido otra cosa o que se lo han pensado mejor. Afortunadamente son las menos, pero hacen un daño emocional y económico total a la madre de dÃa, que al fin y al cabo tiene un trabajo que se sostiene gracias a las pocas plazas que oferta y que, si de pronto pierde una, el roto es importante.
Francamente es un tipo de familia que nos deja muy tocadas y es difÃcil verlas venir.
¿Alguna vez te has encontrado con una de ellas?
Si en la visita no hay flechazo…
En las primeras entrevistas con las familias, cuando vienen a conocernos por primera vez, nos damos cuenta de si hay un feeling positivo solo por la forma en la que se desenvuelve la visita.
Sobre la marcha es fácil ver si conectaremos o no, y si es mejor convencerlas para que elijan otra opción.
Aun asÃ, como digo, muchas veces parece que todo fluye perfecto, firmamos un contrato… y ¡zas! al poco tiempo nos llevamos la sorpresa.
Si quieres profundizar sobre cómo llevar a cabo una entrevista con las familias, te invito a que leas este post que escribà al hace un tiempo:
Asà afronto como madre de dÃa la entrevista con las familias
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¡Gracias por estar ahÃ! 🙂
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