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Es muy importante luchar por la regulación de las madres de día y que podamos recibir inspecciones, ya que tenemos una responsabilidad muy grande en nuestras manos
Y no temer denunciar cualquier situación de intrusismo laboral de la que podamos tener conocimiento
La regulación de las madres de día es de vital importancia. Las madres de día tenemos una enorme responsabilidad por la población tan sensible a la que atendemos. Por este motivo, debemos ser muy cuidadosas con nuestra labor pedagógica y asistencial y ofrecer un servicio de calidad a esos niños y niñas a los que cada mañana nos dejan sus padres y madres antes de irse a trabajar.
Por eso se torna tan importante el ser una profesión regulada por la administración en todas las comunidades y el estar abiertas a recibir las inspecciones pertinentes.
Porque el intrusismo de personas sin titulación ni hogar adaptado a la infancia, que se hacen llamar «madres de día» sin serlo, está a la orden del día y es un verdadero peligro para nuestro colectivo.
Sobre esto precisamente hablaban nuestras compañeras de la Asociación de Madres de Día de Madrid en un fantástico reportaje concedido esta semana a la revista De Mamas & De Papas de El País.
No somos «canguros» en casa
Porque la gente que no conoce la esencia de nuestra profesión tiende a pensar que somos «canguros» que simplemente cuidamos a niños y niñas en nuestra casa, y hemos de decir alto y claro que eso no es así ni de lejos.
Las madres de día somos personas tituladas en Magisterio, Educación Infantil, Psicología o Pedagogía. Consulta aquí todos los requisitos que necesitamos para ejercer.
Nuestra labor va muchísimo más allá de la mera labor asistencial. Ofrecemos un proyecto pedagógico integral a la primera infancia que la sociedad debe conocer.
Porque, hoy por hoy, quienes mejor pueden dar cuenta de nuestra calidad son las propias familias que nos eligen convencidas de que somos la mejor opción para el cuidado y la atención de sus bebés.
Cuidemos nuestra profesión y cuidemos a nuestras familias
Que una mamá o un papá te digan lo tranquilos que se van a su oficina sabiendo que dejan a su bebé, su tesoro más valioso, su vida, en las mejores manos, eso, os aseguro, que no tiene precio.
Pero cuando disfrutas de tu trabajo y lo haces con tanto cariño, dedicación y vocación, todo lo demás viene rodado.
El trabajo de una madre de día es un regalo que nos da la vida a diario. Creedme que es para saborearlo y disfrutarlo. Y aunque, obviamente, es un trabajo también duro y cansado, al ser población puramente dependiente a la que atendemos cada día, la satisfacción de poder dedicarte a ella es inmensa. Porque estamos trabajando por y para los niños/as.
La felicidad de ser madre de día
Contribuyendo a moldear y modelar esos primeros años de vida tan importantes y cruciales, que son la base sobre la que se asentará su personalidad en un futuro.
¿Sabéis? Desde que soy madre de día jamás volví a sentir esa angustia post vacacional o el síndrome del domingo por la tarde. Porque lo que hago me hace feliz.
Esta profesión es de sembrar y recoger
En mi caso, ahora es cuando yo estoy recogiendo todos los frutos que he sembrado. Porque una vez que te lanzas a crear un proyecto y comienzas con esas primeras familias que confían en ti, tu verdadero trabajo es cuidarlas, porque son un tesoro.
Y en nuestra profesión lo que mejor funciona en cuanto a difusión y es lo que nos ha alzado donde estamos sin apenas publicidad es precisamente el boca a boca. Los testimonios que las familias dejan en tus redes sociales y por supuesto lo bien que hablan de ti en su entorno, en el cole de los hermanitos mayores…
“Arancha es dulce, cariñosa, maternal, muy organizada y controla totalmente tiempos y rutinas: juego libre, fruta, salida al parque, comida (casera, buenísima y muy sana) y siesta (el niño se duerme con ella mejor que con nosotros). La salida al parque no falta llueva o truene. A mí es algo que personalmente me encanta. En fin, que en la casita todo funciona como un reloj. Se nota que a Arancha le encanta ser mamá de día y los niños (y los padres) con ella están muy felices”, Rocío y Nacho
«La casita de Pez Austral es lo que siempre estuvimos buscando, un lugar donde nuestra hija pudiera crecer rodeada de amor, sin sufrimientos y con una profesional como la copa de un pino como es Arancha. Hemos encontrado mucha diferencia con la escuela infantil a la que llevamos a nuestro hijo mayor que, sin estar mal, es imposible que se le dedique la atención que realmente necesita un niño/a de estas edades con los ratios que tienen. Si buscáis un sitio donde vuestro hijo/a sea feliz, aprenda y se divierta, este es vuestro sitio», Domin e Isa
“Nuestro hijo es feliz en la casita de Arancha. Y no nos extraña porque ella es todo amor: cariñosa, respetuosa y sensible con sus ritmos y necesidades. En un entorno tranquilo y seguro, rodeado de sus “hermanos de día”, disfrutando de sus salidas al parque y reponiendo fuerzas con la comida casera que prepara con tanto mimo. Es una tranquilidad para nosotros que nuestro pequeño esté tan bien cuidado”, Merce y Dani
“Llevamos a nuestro hijo a La Casita de Pez Austral desde hace dos años. Arancha lo acogió en su nido con tan solo 5 meses y se adaptó perfectamente. A medida que pasaba el tiempo nos dimos cuenta de que había sido la mejor opción. Arancha es dulce, cariñosa y muy respetuosa con los ritmos y las necesidades de los niños. El clima que se genera en la casa es muy agradable y el ritmo muy tranquilo. Este será el último año de nuestro hijo en la casita y nos da pena que se acabe”, Cecilia y Javi
“No hay mejores manos donde dejar a los niños que con Arancha”, Silvia
¿Estos testimonios? Maravillosos. Os lo aseguro.
Si perteneces al ámbito de la educación y te gustaría ejercer como madre de día, no dudes en informarte sobre el curso online que ofrezco. Y si quieres resolver cualquier duda, aquí estoy para atenderte: info@comosermadrededia.com
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