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Abrir un proyecto de madre de dÃa en tu hogar es una magnÃfica opción para desarrollarte profesionalmente, si ya te dedicas al ámbito de la educación infantil
Mi proyecto de madre de dÃa, La Casita de Pez Austral, nació en 2018 y quiero enseñártelo en este post
Hoy quiero contarte que abrir un proyecto de madre de dÃa y cumplir el sueño de dedicarte a atender a la primera infancia en tu hogar es posible. Y por eso te presento mi espacio, La Casita de Pez Austral, en el barrio de la Estrella de Madrid.
Un proyecto que abrió sus puertas en 2018 pero que comenzó a gestarse años atrás, cuando comencé a formarme para empezar una nueva vida como madre de dÃa que nada tenÃa que ver con la anterior. Viniendo de otra profesión no lo tuve nada fácil, pero mi vocación y mis ganas no podÃan frenar ninguna ilusión de las que yo tenÃa y si sabÃa que era posible para otras personas, ¿por qué no también lo podÃa ser para mÃ?
Mi hogar es donde habito y está impregnado de mi alma
Como ves, nunca me planteé eso de: ¿mi casa servirá para abrir un proyecto de madre de dÃa? Porque al final, tu casa es tu hogar, y tu hogar está impregnado de tu alma. Y si tu alma tiene esa vocación de trabajar con la primera infancia, adaptar el hogar no es el problema, aunque obviamente el espacio tiene que reunir una serie de requisitos para poder abrirlo a los niños y niñas de 0 a 3.
Y sÃ, mi casa claro que valÃa, pero quiero mostrarte que, al fin y al cabo, mi casa es una casa normal, que simplemente he adaptado y he moldeado de forma segura para ellos y ellas. Pero no parece ni mucho menos una guarderÃa, que es lo que mucha gente puede pensar. Ni está recargada de juguetes. Tiene luz, color y, lo más importante, sigue pareciendo un hogar cálido y confortable.
Este es nuestro espacio de juego libre
La Casita de Pez Austral tiene una habitación destinada exclusivamente al juego libre de los niños y las niñas. Cuando los peques no están en el nido, la utilizan mis hijas, cuyos juguetes los tengo en altura puesto que contienen pequeñas piezas.
En un mueble modular tenemos poquitos juguetes de madera que ellos pueden libremente alcanzar, ya que están a su altura. También unos cuantos cuentos sencillos, puzzles y un cajón con marionetas y animalitos de dedos.
Nuestra cajita de música contiene instrumentos variados que nos permiten experimentar con diferentes sonidos. Cada cual coge el que quiere y monta su propio concierto.
La cocinita ocupa una parte importante del juego. Los mayores juegan a ser cocineros desplegando el inicio del juego simbólico, mientras que los más chiquitines se divierten explorando, metiendo y sacando sartenes, abriendo y cerrando las puertas…
En diversas cestitas de ganchillo guardamos materiales de la naturaleza y objetos de la vida cotidiana (pinzas de la ropa, un mortero, cucharas de madera…) con los que exploramos libremente cada dÃa en nuestro cestito de los tesoros.
En definitiva, es una habitación llena de luz natural y color que permite el juego relajado y la tranquilidad de sentirnos en un espacio cálido y seguro.
Aquà almorzamos y comemos
En un rincón de la cocina tenemos nuestra mesita y sillas bajitas para comer. Como ves, la vajilla que usamos es normal, de cerámica y cristal, la misma que usamos los adultos. Cada uno tiene su sitio en la mesa y siempre después de comer, todos ayudamos a recoger y a limpiar con un trapito.
Para comer, cada mañana cocino lo que toca en el menú. Toque lo que toque, siempre se trata de alimentos sanos, equilibrados y con los nutrientes necesarios revisados por nuestra compañera nutricionista.
Nuestro espacio de aseo
Para el aseo, he adaptado el bidé para que los peques alcancen a abrir el grifo y puedan lavarse las manos y la carita de forma autónoma. Tres toallas a su altura facilitan el que yo no tenga que intervenir prácticamente para nada.
Los que ya están preparados para comenzar a controlar esfÃnteres suben al wc con ayuda de un escalón.
El cambiador, una colchoneta sobre el suelo
En la misma habitación del juego libre, tenemos el cambiador, que consiste en una simple colchoneta que bajamos y colocamos en el suelo a la hora de cambiar. Justo al lado, hay una perchita para cada uno de los niños, donde colocamos los pañales, las toallitas, las cremas varias y las ropas de cambio de cada uno de ellos.
Nuestra terraza donde cuidamos las plantas
La Casita de Pez Austral está abierta prácticamente entera a la exploración de los niños y niñas. Y sin duda este es uno de los rincones más preciados. En la terracita cuidamos las plantas que regamos cuando toca y observamos cómo el viento mece las copas de los árboles y nuestras cometas de colores.
Aquà es donde descansamos a la hora de la siesta
Como ves, yo no tengo cunas. Para dormir utilizamos colchones bajitos que desplegamos en el mismo lugar donde desarrollamos el juego libre cada mañana. Eso sÃ, creamos una atmósfera adecuada que nos invite a la relajación. Bajamos la persiana y les cuento un cuento bajito antes de dormirse. Mientras lo hacen, les canto nanas hasta que lo consiguen. ¡Demasiada fuerza desplegada durante el dÃa!
Al despertarse, los colchones son fácilmente apilables en el canapé de una de las camas de mis hijas.
El paseo al parque, un camino lleno de emociones
Porque sÃ. Gastamos mucha energÃa. Cada dÃa hacemos salida al parque Roma, que lo tenemos a 5 minutos de casa, aunque a nuestro ritmo, el paseo puede durar muchÃsimo más. Y no nos importa. Asumimos que es una parte importante de la jornada y nos tomamos nuestro tiempo para ir a nuestro ritmo.
Saludamos a los abuelitos que pasean a su perro, hacemos recados en la farmacia, compramos el pan…
¡Y aquà desplegamos toda nuestra energÃa!
Y, aquÃ, en el parque Roma, nos solemos juntar cada dÃa con los niños y niñas de otras madres de dÃa de la zona. ¡Una auténtica escuelita al aire libre! Jugamos con la tierra, observamos bichitos, desplegamos nuestra energÃa subiendo y bajando rampas, tirándonos por el tobogán, explorando rincones… ¡teniendo contacto con la naturaleza incluso los dÃas de lluvia!
A veces somos valientes y también vamos un poquito más lejos: al Retiro, que está a unos 15 minutos andando desde casa.
Un proyecto donde los niños y niñas son felices
Sin duda, en La Casita de Pez Austral, como en general en todos los hogares de madres de dÃa, los niños y niñas son felices. Y en la etapa que están, de los 0 a 3 años, pilar básico de lo que será su vida en el futuro, es lo único que tienen que ser: felices. Desde luego ellos no saben lo que es el estrés de madrugar y tener que ir a un espacio más frÃo. Al fin y al cabo están en un segundo hogar con su madre de dÃa. Su persona de referencia. Su vÃnculo cuando mamá y papá no están. ¿De verdad no es maravillosa esta propuesta de educación para la primera infancia?
Nuestra profesión, la de madre de dÃa, aún es muy desconocida en España, si bien en paÃses del entorno europeo está validada como la primera opción de cuidado para la etapa 0-3. Pero poquito a poco estamos dando pasos importantes para la difusión de la misma y cada vez se nos conoce más. Ahora falta que, al igual que sucede en Madrid y Navarra, las autoridades también se den cuenta del sentido de la propuesta que ofrecemos y nos amparen bajo un marco legal, pues muchas veces el problema con que nos encontramos es que la falta de regulación hace que aún no seamos la primera opción para las familias.
Y sin duda, el boca a boca funciona. Quien nos conoce, nos recomienda. Eso es asÃ.
¿Te ha gustado mi espacio de la casita? ¡Déjame un comentario! Me encantará leerte. ¿Te gustarÃa abrir las puertas de tu hogar al cuidado de la primera infancia? Conoce mi curso online que he creado para ayudarte.
Está recomendado por la Asociación de Madres de DÃa de Madrid y la Asociación de Madres y Padres de DÃa de Castilla y León.
SÃ. Trabajar siendo feliz es posible.
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