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Las madres de dÃa trabajamos unas 7 u 8 horas con los niños/as a los que acogemos, pero hay mucho trabajo detrás que no se ve
Limpieza, orden de papeles, planificación semanal, atención a familias, declaraciones trimestrales, informes… ¡siempre tenemos algo que hacer!
Suelo decir que las madres de dÃa no alargamos una jornada laboral con los niños/as más allá de las 7-8 horas diarias. Y es la pura verdad. Sin embargo, matizo. No quiere decir que trabajemos tan solo las 7-8 horas que abrimos el proyecto a los peques y ahà acabe todo.
Hay mucho trabajo invisible detrás que se hace fuera de esa jornada, que permite que todo fluya durante las horas en las que la iniciativa permanece abierta.
MuchÃsimo trabajo.
Limpieza a fondo del hogar:
Cada dÃa, cuando los peques se marchan a su casa, y sobre todo en estos tiempos de coronavirus, toca limpieza en profundidad de los espacios donde hemos estado durante toda la jornada. Desinfección y limpieza de los juguetes utilizados, limpieza de suelos, desinfección del cuarto de baño, limpieza a fondo de la cocina… En definitiva, un trabajo detrás que no se ve, pero que permite que dÃa tras dÃa podamos seguir abriendo sin correr ningún riesgo.
Compra semanal:
Durante el fin de semana, toca hacer la compra semanal. Primero miramos el menú que toca esa semana y comprobamos lo que tenemos y lo que nos hace falta comprar para abastecer la despensa toda la semana. Suele llevarnos un solo dÃa, pero entre semana siempre hay que hacer alguna comprilla por algo que hemos olvidado y de lo que nos acordamos sobre la marcha.
Planificación de menú diario:
Cada dÃa tenemos que pensar en la comida del dÃa siguiente. A veces podemos tener capacidad de cocinar y congelar algún alimento, pero lo normal es cocinar de un dÃa para otro o el propio dÃa por la mañana dándonos un gran madrugón. SÃ. Lo lógico es que cuando los niños/as llegan a casa, el menú de ese dÃa ya esté preparadÃsimo solo a falta de calentar.
Programación semanal:
En general, también nos tomamos nuestro tiempo en planificar como será esa semana. Aunque siempre priorizamos el juego libre, lo normal es que tengamos pensadas algunas actividades programadas que realizaremos con los peques, sobre todo si tenemos en nuestra iniciativa edades de 2-3. Pintar, amasar, mesa de luz… siempre es necesaria una preparación del ambiente que se realiza previamente a la llegada de los niños a la casita. El madrugón diario está garantizado.
Gestión del e-mail y atención de llamadas:
Por supuesto siempre tenemos que estar abiertas a recibir emails o llamadas de familias interesadas en una plaza para su bebé. Esto suele ocurrir varias veces durante el mes. Cuando estamos completas, simplemente trataremos de asesorar o derivar a alguna compañera cercana. Si disponemos de plazas, deberemos acordar una visita de la familia al hogar y programar una tarde en la que contarle acerca de las bondades de nuestro proyecto.
Declaraciones trimestrales:
Como buenas autónomas que somos la mayorÃa de nosotras, tenemos la obligación de realizar nuestras declaraciones trimestrales, lo que también nos lleva un tiempo en la recolección de tiques, facturas… Y luego rellenar los modelos para dar cuenta a Hacienda de nuestras obligaciones fiscales. Esto se hace una vez cada tres meses, pero el quebradero de cabeza ocupa casi un dÃa completo.
Formación continua:
Además, como personas comprometidas con la primera infancia, siempre intentamos reciclarnos acudiendo a cursos, talleres… un esfuerzo extra que realizamos eventualmente por el bien de los peques a los que acogemos en nuestros nidos.
Actualización y revisión de documentos:
De vez en cuando toca repasar la carpeta de documentación para comprobar que todo esté en su sitio. Una inspección puede aparecer cualquier dÃa en cualquier momento, y no podemos permitirnos el lujo de tener un solo documento desactualizado: el seguro del hogar, el seguro de responsabilidad civil, la revisión del extintor, la comunicación de precios a consumo, el certificado de delitos sexuales… son documentos que hay que ir actualizando y comprobando que en la fecha vigente estén al dÃa.
Informes trimestrales:
Cada trimestre además nos comprometemos a realizar un informe en profundidad sobre cada uno de los niños/as a los que acogemos en nuestro nido. Informes que llevan un gran trabajo detrás que ha sido fruto de las observaciones diarias en el nido. Además, estamos a disposición de las familias para que en cualquier momento que lo demanden puedan tener una tutorÃa sobre su hijo.
Difusión:
Y en algunos casos, como por ejemplo el mÃo propio, además nos afanamos en dar difusión sobre esta profesión, aún tan desconocida y necesaria en España. Algunas tenemos nuestra página web propia, o simplemente redes sociales que debemos regar de vez en cuando con post y artÃculos que den cuenta de nuestra labor para darnos a conocer a la sociedad. Yo generalmente utilizo las tardes y los fines de semana para actualizar mi web.
Asesoramiento a futuras madres de dÃa:
Para rizar el rizo, en mi caso también doy asesoramiento y formación a madres de dÃa que quieren abrir su propio proyecto a la primera infancia, por lo que se puede decir que, parar parar, no paro nunca.
En definitiva, ¿trabajamos solo 7 u 8 horas al dÃa? Lo cierto es que no. Rotundamente no. El trabajo de una madre de dÃa va muchÃsimo más allá y siempre estamos ocupadas con algo.
Y eso sin olvidar que la mayorÃa de nosotras tenemos vida más allá del trabajo: hijos/as propios, pareja, un hogar…
Sea como sea, si amamos nuestro trabajo, todo lo que sea cuidarlo y regarlo entra dentro de nuestras obligaciones que, generalmente, llevamos a cabo con muchÃsimo cariño y dedicación.
Trabajamos mucho sÃ. Pero regando nuestro propio proyecto. El que hemos creado con tesón, amor y paciencia. Y sobre todo creyendo firmemente que somos útiles a la sociedad y ofrecemos un servicio de calidad.
Por eso el trabajo de una madre de dÃa, aunque invisible a veces, nunca para. Y asà seguirá siendo.
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